“El individuo unidimensional se caracteriza por su delirio persecutorio, su paranoia interiorizada por medio de los sistemas de comunicación masivos. Es indiscutible hasta la misma noción de alienación porque este hombre unidimensional carece de una dimensión capaz de exigir y de gozar cualquier progreso de su espíritu. Para él, la autonomía y la espontaneidad no tienen sentido en su mundo prefabricado de prejuicios y de opiniones preconcebidas”.
Herbert Marcuse (Berlín, 19 de julio de 1898 – Starnberg, Alemania, 29 de julio de 1979) fue un filósofo ysociólogo judío de nacionalidad alemana y estadounidense, una de las principales figuras de la primera generación de la Escuela de Frankfurt.
Marcuse denuncia la dominación que la sociedad científico -técnica ejerce sobre el individuo y la naturaleza, así como el carácter político totalitario que este domino esconde. Marcuse entiende este dominio como una total represión de la naturaleza, del ser humano y de la sociedad.
La tarea crítica, emancipadora y transformadora de la razón ilustrada ha dado paso a una razón instrumental al servicio del poder y de sus intereses.
El filósofo argumenta que la sociedad capitalista crea falsas necesidades de forma que el individuo queda integrado en este sistema de producción y consumo a través de los medios de comunicación masiva, la publicidad y el sistema industrial. El consumismo supone una comercialización de la cultura y una cosificación de la conciencia.
La consecuencia de este sistema sería un universo unidimensional, en el que la crítica y la oposición a lo socialmente establecido, no tienen lugar. El individuo unidimensional es un individuo acrítico, manipulable y acomodado.
Los mecanismos de control sobre los individuos tendrían una triple función: asimilación, presión y seducción, siendo determinante el papel ejercido por los medios de comunicación.
El sujeto revolucionario que propone Marcuse se encontraría entre las clases más marginales de la sociedad y sobretodo en l@s jóvenes.
El Hombre Unidimensional está considerado uno de los libros más subversivos del siglo XX, lo que le acarrearía numerosas críticas, aunque tuvo una gran influencia en la Nueva Izquierda y en filósof@s como Angela Davis, J. Russell o Habermas, entre otr@s.